El CEIP O Graxal ha sido reconocido por la Xunta de Galicia por sus buenas prácticas en educación inclusiva. El centro recibió el primer premio en la categoría de Educación Infantil y Primaria con el proyecto ‘A tribo ensina’.
Se trata de una actividad en la que los niños y niñas del aula, junto a su tutora, llevan trabajando 4 cursos. Empezaron en 3º de primaria, cuando la tutora percibió que se trataba de un aula en el que había mucha diversidad: personas con TDAH, dislexia, autismo, etc.
A través de esta iniciativa se pretende que la tribu enseñe a niños y niñas de otros centros cómo tratar a sus compañeros con TEA para poder trabajar de forma coordinada y conjunta.
En el día a día el alumnado trabaja con grupos cooperativos que van cambiando cada trimestre. En ellos, cada niño tiene un rol que han de desarrollar cada día durante un mes: coordinador, supervisor, portavoz, repartidor y secretario.
De esta forma, los niños y niñas gestionan de manera autónoma el aula y llevan a cabo diferentes tareas que, por norma general, desarrollaría únicamente un “delegado”.
Superpoderes y criptonitas
Para entender las necesidades de cada uno, la tutora les propuso que todos dijesen o dibujasen cuál era su superpoder y su criptonita, es decir, algo que considerasen que se les diese muy bien y algo en lo que deben trabajar porque no saben cómo gestionarlo. Con ese elemento en cuestión los demás niños y niñas del aula deben tener paciencia y aprender a gestionar sus emociones.
De este modo, la diversidad se contempla como un elemento enriquecedor y las actividades desarrolladas permiten mejorar la autoestima, la autoconfianza y la cohesión grupal.
Una metodología innovadora que, desarrollándola a través de diferentes cursos, ha llegado ya a otros centros, que era su principal objetivo. Tal y como explica la tutora “tivemos varias saídas nas que a tribo ensinou como traballar con nenos que teñen TEA. A nosa meta era que a propia rapazada puidera ensinarlle a outros cativos e cativas como é o día a día coas persoas con este espectro, que soubesen como tratalo e abordalo en diferentes situacións”. Xa foron ao CEIP Portofaro, o CEIP de Toques, o CEIP Ría do Burgo ou o CEIP A Magdalena, nas Pontes.
Para lograr la financiación necesaria para poder realizar estos desplazamientos “foron eles mesmos os que se encargaron de conseguir os fondos. Realizaron pulseiras e chapas para vender e de aí naceu tamén a idea de facer un pequeno mercadillo, son eles os que se encargan de facer todo como un complemento a todo o temario lectivo e cada vez están máis implicados”.
Por ese motivo, la idea de haber ganado un reconocimiento de este calibre “alegrounos moito a todos. É unha gran satisfacción ver como traballar de maneira diferente á habitual pode abrir moitas portas. Para min é unha gran motivación e desenvolver este tipo de iniciativas paréceme unha forma moi enriquecedora de traballar. Para min, e sei que para a miña tribo tamén, é unha alegría inmensa e unha demostración de que a inclusión nas aulas é posible”.